La leche, a menudo denominada "oro blanco", es mucho más que un simple alimento. Su papel en el desarrollo, tanto a escala individual como a nivel económico es fundamental para el desarrollo productivo.
La producción de leche genera ingresos para los productores, lo que a su vez impulsa la economía local y regional. En este sentido la cadena productiva láctea, desde la producción primaria hasta la industrialización y distribución, genera numerosos empleos tanto directos como indirectos.
Asimismo la transformación de este derivado en productos lácteos de mayor valor agregado, como quesos, yogures y mantequilla incrementa el valor económico de la producción primaria.
Como si fuera poco, suele estar vinculada al desarrollo rural, contribuyendo a fijar la población en el campo y a mejorar la calidad de vida de las comunidades rurales.
La industria láctea se relaciona con otras industrias, como la agricultura (producción de forraje), la industria alimentaria (elaboración de productos lácteos) y la logística (transporte y distribución).
ESTADÍSTICAS MUNDIALES
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) El ganado vacuno aporta 81% de la producción lechera mundial, seguido por los búfalos, con el 15%; cabras, 2% y las ovejas, 1%.
La leche procedente de otras especies lecheras diferentes del ganado vacuno representa el 38 por ciento de la producción lechera en Asia; 22% en África; 3% en Europa; 0,5% en las Américas y es casi inexistente en Oceanía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario