El cambio climático representa una amenaza significativa para la ganadería a escala global.
Los efectos del calentamiento como el aumento de las temperaturas, la variabilidad en las precipitaciones y los eventos climáticos extremos están generando una serie de desafíos para este sector.
Las sequías prolongadas reducen la disponibilidad de pastos y forrajes, lo que afecta la alimentación del ganado y puede llevar a la pérdida de peso y la disminución de la producción de leche.
En cambio las inundaciones pueden destruir los cultivos forrajeros y contaminar las fuentes de agua, poniendo en riesgo la salud animal.
En caso de altas temperaturas y humedad, éstas pueden favorecer la proliferación de insectos vectores y patógenos, lo que incrementa el riesgo de enfermedades en el ganado.
Asimismo el calor puede causar estrés térmico en los animales, lo que afecta su reproducción, producción y bienestar.
Producción
Para enfrentar estos desafíos, los productores ganaderos deben adoptar estrategias de adaptación y mitigación.
El cambio climático representa una amenaza significativa para la ganadería, pero también ofrece oportunidades para desarrollar sistemas de producción más sostenibles y resilientes.
Los productores ganaderos deben adaptarse a las nuevas condiciones climáticas y adoptar prácticas que reduzcan su huella ambiental.
No hay comentarios:
Publicar un comentario