La rentabilidad en la producción de carne bovina depende en gran medida de la elección de los cortes que se comercializan. No todos los cortes tienen el mismo valor en el mercado y algunos pueden generar mayores ingresos que otros.
¿Qué factores influyen en el valor?
Demanda del consumidor: Los cortes más populares, como el lomito suelen tener precios más elevados debido a su sabor y ternura.
Cantidad de carne: en cambio los cortes más grandes, como la pierna o la paleta, pueden generar mayores ingresos en términos de peso, aunque el precio por kilo sea menor.
Proceso de elaboración: Cortes que requieren mayor trabajo de deshuesado o adobado, como los filetes o las costillas suelen tener un valor agregado.
Cortes de carne más rentables:
Cortes de primera: lomito, ganso, pulpa negra, o chocozuela. Estos cortes son muy apreciados por su sabor y ternura, y suelen destinarse a restaurantes de alta gama.
Cortes para parrilla: Punta trasera, asado, tira de asado. Son ideales para asar y tienen una gran demanda en el mercado.
Cortes para guisos: Paleta, falda, lengua. Estos son más económicos pero ofrecen un sabor intenso y son perfectos para preparar guisos y estofados.
Subproductos cárnicos: hígado y corazón, aunque tienen un menor valor unitario, pueden generar ingresos adicionales si se comercializan a carnicerías o restaurantes especializados.