Cinco reglas de bienestar para el transporte del ganado bovino

 


El transporte de ganado es una parte crucial de la cadena de suministro de la carne, pero también es una fuente de estrés y potencial sufrimiento para los animales.

Un manejo inadecuado durante el transporte puede tener consecuencias negativas en el bienestar animal, la calidad de la carne y la seguridad alimentaria.

Garantizar el bienestar del ganado bovino no solo en el lugar donde se crían, sino también durante el transporte, tiene un gran impacto en la condición de los animales y la calidad del producto final.

Por eso, gestionar el transporte del ganado bovino y de otras especies animales en condiciones de bienestar implica que se observen una serie de variables y se cumplan ciertas normas.

El Instituto Norteamericano de la Carne (North American Meat Institute – NAMI), que es un referente en este tema, da cinco recomendaciones:

1. Capacitación

La industria de la carne tiene programas específicos para cada especie que se basan en datos científicos y cuyo objetivo es educar a los productores, transportistas y procesadores sobre cuáles son las mejores prácticas de bienestar animal.

2. Prácticas de manejo de vehículos

Manejar el vehículo con cuidado cuando se transporta al ganado bovino ayuda a prevenir lesiones, heridas y pérdidas. Por otro lado, las paradas bruscas y las aceleraciones muy rápidas aumentan los niveles de estrés y la aparición de heridas.

3. Modelo de carrocería

La carrocería de los vehículos utilizados para el transporte del ganado bovino debe permitir que se transporte a los animales de forma compasiva. El piso debe ser completamente antideslizante y la carrocería debe tener suficiente altura entre los compartimentos para que los animales estén en su posición natural.

4. Embarque

Hay estudios que muestran que la sobrecarga en los vehículos aumenta el número de lesiones y de animales cansados, heridos, incapaces de moverse o muertos. Por lo tanto, las carrocerías solo deben cargarse con la densidad recomendada por el Ministerio de la Agricultura del país correspondiente.

5. Recepción en la planta de procesamiento

El local de procesamiento es responsable de garantizar que la instalación esté preparada para recibir al ganado bovino. Es obligatorio que el piso sea antideslizante en las rampas y plataformas y que haya suficiente iluminación en el área de descarga.

No solo se debe proporcionar a los empleados y transportistas la capacitación en el manejo correcto de los animales, sino que también han de disponer de equipos apropiados para hacerlo.

La gripe aviar acecha: descubre cómo prevenirla

 


La gripe aviar es una enfermedad altamente contagiosa que afecta a las aves de corral y puede tener un impacto devastador en la producción avícola.

Aunque principalmente afecta a las aves, es fundamental tomar medidas preventivas para evitar su propagación a otras especies, incluyendo el ganado.

De acuerdo con autoridades locales de Estados Unidos está enfermedad está haciendo estragos y se está propagando en rebaños. Por esta razón se recomienda:

Limpieza y desinfección: Mantén instalaciones, equipos y vehículos limpios y desinfectados regularmente.

Control de acceso: Limita el acceso de personas y vehículos a las áreas de producción.

Vestimenta protectora: Utiliza ropa y botas de protección al ingresar a las instalaciones.

Barreras físicas: Instala barreras físicas para evitar el contacto entre aves de corral y aves silvestres.

Monitoreo constante: Realiza controles veterinarios periódicos para detectar signos clínicos de la enfermedad.

Aislamiento: Aisla inmediatamente cualquier ave que presente síntomas sospechosos para así evitar contagiar a los otros animales.

Vacunación: Implementar programas de vacunación según las recomendaciones oficiales.

¿Por qué es importante prevenir la gripe aviar en el ganado?

Aunque la gripe aviar afecta principalmente a las aves, su presencia en una granja puede tener consecuencias graves para el ganado.

El virus puede contaminar alimentos y agua, poniendo en riesgo la salud de otros animales.

La enfermedad puede causar una disminución en la producción de carne, huevos y leche.

Las medidas de control y erradicación de la enfermedad pueden generar pérdidas económicas significativas para los productores.

En este sentido la prevención requiere un enfoque integral que involucre a todos los actores de la cadena de producción. 

Al implementar medidas de bioseguridad rigurosas, vigilancia sanitaria constante y buenas prácticas de manejo es posible proteger a las aves de corral y al ganado de esta enfermedad altamente contagiosa.

La producción de huevos como motor de la economía

 


La producción de huevos de gallina es una actividad económica de gran relevancia a escala mundial que aporta numerosos beneficios tanto a los productores como a los consumidores.

La venta de huevos genera ingresos estables para los productores, lo cual contribuye al aparato productivo nacional.

Además puede generar valor agregado a través de la venta de huevos de diferentes categorías (orgánicos, de corral, etc.), lo que permite obtener mayores ganancias.

¿Por qué es importante?

Los huevos son una excelente fuente de proteínas de alta calidad esenciales para el crecimiento y desarrollo.

Contienen una amplia variedad de vitaminas, como A, D, E y B12, al igual que los minerales hierro y selenio.

De acuerdo con la web Avinews, la innovación y el alto grado de tecnificación del sector avícola están permitiendo mejoras en la producción de huevos.

De hecho, en un reciente estudio se ha evaluado la evolución de diferentes indicadores en los últimos 50 años, y se ha demostrado que, hoy en día, para producir los mismos huevos se necesita un 45% menos de gallinas.

Las aves modernas, además, consumen menos recursos naturales, ya que requieren de un 40% menos de pienso, un 32% menos de agua y, por ello, menos tierra y menos energía.

El Impacto del estrés calórico y cómo revertirlo en el ganado

 

El estrés calórico es un desafío común en la producción animal, especialmente en regiones con climas cálidos y húmedos. 

Se denomina estrés calórico al conjunto de cambios que se desencadenan en los animales en ambientes con elevada temperatura, los cuales llevan a una disminución en la eficiencia productiva. 

Los signos que con mayor frecuencia pueden observarse en los bovinos son, en primera instancia, el aumento de la frecuencia respiratoria y del consumo de agua, así como la búsqueda de sombra.

Este fenómeno puede tener consecuencias negativas significativas en la salud, el bienestar y la productividad del ganado.

Para mitigar el impacto, los productores recomiendan proporcionar áreas sombreadas adecuadas a través de árboles, estructuras artificiales o techos móviles, ya que esto puede reducir significativamente la exposición directa al sol.

También es indispensable mejorar la circulación de aire en los establos y corrales para disipar el calor. En este sentido los ventiladores, aberturas y sistemas de enfriamiento por evaporación pueden ser muy útiles.

El riego de las áreas alrededor de los animales puede ayudar a disminuir la temperatura ambiente y aumentar la humedad relativa, lo que facilita la evaporación del sudor y la disipación del calor.

Igualmente se sugiere dar el alimento durante las horas más frescas del día para reducir el estrés térmico durante la alimentación.

Por último, asegurar un suministro constante de agua limpia y fresca es crucial para mantener la hidratación y facilitar la termorregulación.

Cómo los collares inteligentes revolucionan la ganadería

 


Los collares inteligentes están transformando la forma en que gestionamos el ganado llevando la agricultura a un nivel de precisión y eficiencia sin precedentes.

Estos dispositivos, equipados con una variedad de sensores y tecnología GPS permiten monitorear en tiempo real diversos aspectos de la salud y el comportamiento de los animales.

Las nuevas tecnologías han entrado de lleno en el sector ganadero, donde la digitalización permite mejorar la eficiencia productiva de las explotaciones, haciéndolas más rentables.

Por ejemplo, los collares RUMI, que fabrica la empresa española Innogando, aportan funcionalidades únicas que facilitan el manejo de los animales y generan seguridad y tranquilidad a sus dueños.

Consiste en un dispositivo de monitorización de ganado en tiempo real más completo del mercado, ya que permite al ganadero controlar a sus animales a distancia desde su teléfono móvil, recibiendo alertas si una vaca se escapa de la finca o se pone de parto.

los collares de monitorización y geolocalización del ganado se complementan con el dispositivo RUMI Partos, que se coloca en la cola de la vaca y avisa al ganadero, mediante un sistema de alertas a su teléfono móvil, del momento exacto en el que la vaca va a parir para que pueda actuar si fuese necesario.

La detección de celos, con indicación de la ventana óptima de inseminación, es otra de las funcionalidades clave de RUMI. Gracias a esta utilidad, es posible incrementar notablemente la fertilidad global del rebaño y su eficiencia reproductiva.

La sistematización de los datos facilita además la toma de decisiones por parte del ganadero.

Ganadería intensiva y extensiva: ¿Cuáles son sus diferencias?

 


La producción ganadera en el mundo se organiza principalmente mediante dos sistemas. Mientras que la ganadería intensiva opta por la productividad y el rendimiento económico, que implica un mayor impacto ambiental; la ganadería extensiva aprovecha los recursos naturales y permite una gestión más sostenible.

De acuerdo con BBVA el tipo de alimentación de los animales es una de las principales diferencias entre la ganadería extensiva y la intensiva.

La primera aprovecha los propios recursos del territorio mediante el pastoreo. La segunda depende de alimentos adquiridos fuera de la explotación y generalmente de producción industrial, como granos.

La ganadería intensiva se alimenta de productos agrícolas que compiten con los humanos por los recursos.

En lugar de aprovechar directamente el pasto disponible, este tipo de producción industrial, para ser más eficiente, consume grandes cantidades de alimentos externos, como el maíz.

En cambio, la ganadería extensiva depende del ecosistema natural y la climatología, y recurre a tierras de pastos y prados que generalmente no se pueden utilizar como superficie agrícola. Además las abona y ayuda a reducir su vulnerabilidad frente a los incendios al limpiar el terreno.

Mientras que la ganadería intensiva puede ubicarse en cualquier espacio donde sea posible un recinto con instalaciones industriales para decenas, cientos o incluso miles de animales.

Por ello es más frecuente que el primer modelo críe razas de ganado adaptadas al territorio.

Ambos sistemas de producción tienen sus ventajas y desventajas. La tendencia actual es hacia sistemas de producción más sostenibles que combinen aspectos de la ganadería intensiva y extensiva, buscando optimizar la producción y minimizar el impacto ambiental.

Alimentación del ganado: claves para una producción saludable y rentable

 


La alimentación es un pilar fundamental en la producción ganadera porque influye directamente en la salud, el crecimiento y la productividad de los animales. 

Una dieta equilibrada y adecuada a las necesidades de cada especie garantiza un óptimo desarrollo y una mayor rentabilidad para el productor.

La alimentación del ganado varía según la especie, la edad y la etapa productiva. Sin embargo, existen algunos principios generales que se aplican a la mayoría de los animales de granja:

Forrajes: son la base de la alimentación de muchos animales rumiantes, como vacas y ovejas. Los forrajes pueden ser frescos (pasto) o conservados (heno, ensilaje). Son ricos en fibra y proporcionan energía.

Concentrados: son ricos en energía y proteína, y se utilizan para complementar la dieta de los animales. Los concentrados pueden ser de origen vegetal (granos de cereales, oleaginosas) o animal (harina de carne, pescado).

Suplementos: se añaden a la dieta para cubrir las necesidades específicas de los animales, como vitaminas, minerales y aminoácidos.

Ejemplos de alimentos para diferentes especies:

Bovino: pasto, heno, ensilaje de maíz, granos de cereales, torta de oleaginosas.

Porcino: maíz, soya, sorgo, subproductos de la industria alimentaria.

Avícola: maíz, soya, trigo, subproductos de la industria alimentaria, vitaminas y minerales.

En conclusión, una alimentación adecuada es esencial para garantizar la salud y el bienestar de los animales de granja, así como la sostenibilidad económica de la producción

A pesar de ello se recomienda consultar con un nutricionista animal para formular una dieta específica para cada especie y etapa productiva.


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